SummerHill
fue una escuela fundada por Alexander Sutherland Neil, un hijo de un
profesor de una escuela rural que, poco a poco, fue adquiriendo amor por la
tarea de educar y que consiguió entrar en la escuela de Formación de Profesores.
SummerHill
fue fundada por Neil en 1921 en el pueblo de Leiston, a unos 160Km de Londres.
Características de SummerHill:
SummerHill
era una escuela con un gran porcentaje de alumnos extranjeros, los alumnos se
agrupaban por sexo y grupos de edad. SummerHill se fundó como una escuela
experimental, para demostrar que son los alumnos quienes deben guiar sus
conocimientos y no las normas de la escuela o los profesores.
En
esta escuela las clases no eran obligatorias, aunque los alumnos que se habían educado
aquí desde siempre no dudaban en asistir porque sabían que si no entorpecerían al
grupo.
Las
clases se daban de 9:00 a 13:00, después de esto se comía, y después de comer
se dejaba un tiempo libre. A las 17:00 empezaban las diferentes actividades,
actividades entre las que estaban los talleres de mecánica y carpintería (o los
cuentacuentos en el caso de los niños más pequeños)
Las
semanas se dividían por días y cada día las actividades eran diferentes: ir al
cine, bailar, escuchar charlas sobre psicológica, obras de teatro o incluso
asambleas (que se realizaban los sábados)
En
SummerHill tampoco hay horarios fijos dentro de las actividades y talleres (se
realizan las que los niños quieren y cuando quieren) Tampoco hay exámenes finales.
Además
los profesores y los alumnos tienen la misma importancia, incluso el director,
ya que todos tienen el mismo voto. Se trataba por lo tanto de un autogobierno
completamente democrático, ya que el todo se decidía en las asambleas y el voto
de un niño de 10 años valía lo mismo que el del propio Neil.
Reflexión personal:
SummerHill
es, para nosotros, la visión, algo utópica, de una educación constructivista,
basada en entender que cada niño tiene su ritmo de aprendizaje, su estilo
cognitivo y un tipo de inteligencia prioritaria.
En
SummerHill los niños eran completamente autosuficientes ya que eran ellos los
que decidían qué aprender y cuándo o cómo hacerlo. En educación infantil la
autonomía es un término muy buscado y en SummerHill esto era posible.
Además
de que, como hemos aprendido, el aprendizaje constructivista es aquel que
deriva de nuestras necesidades y que, por lo tanto, será muy difícil de
olvidar, cosa que haría que los alumnos de SummerHill aprendiesen más sobre la
vida y tuviesen más oportunidad de triunfar en las cosas cotidianas.
En
SummerHill los niños tenían un
desarrollo íntegro de sí mismo, tanto físico, como intelectual y emocional, se
criaban en una situación de autogobierno democrático y descubrían así como
funcionaba el “mundo de los adultos”
Viéndolo
de esta manera parece ser que SummerHill era todo ventajas respecto a la
educación de los niños, pero no era exactamente así.
Lo
primero es que SummerHill siempre se ha vendido como la escuela más libre: sin
exámenes, sin horarios, sin asistencia obligatoria… pero sí que se enseñaban
conocimientos básicos, sí que se tenían rutinas (horarios de clase, de tiempo
libre, para comer, dormir…). Realmente los niños no eran completamente libres
en el amplio sentido de la palabra.
Además
de que los niños eran criados en una democracia para así saber cómo era vivir
en el mundo adulto, pero todos sabemos que en el mundo adulto las cosas no son
así, la cooperación no es real y la democracia no es exactamente democrática,
por lo tanto ¿Qué ocurría cuando un niño salía de la utopía de SummerHill para
enfrentarse al mundo real?
Estos
niños, ya adultos, se sentían perdidos, no podían entrar en las universidades
ya que no sabían cómo enfrentarse a estar sentados escuchando una lección o a
hacer un examen, además de la frustración que sentían al no encontrar cooperación
en sus relaciones o al descubrir, simplemente, que el mundo no eran tan bueno allí
fuera como lo había sido en su escuela.
En
conclusión, SummerHill es una de las múltiples escuelas de educación diferente
a la educación meritocratica y tradicional a la que estamos acostumbrados,
pero, aunque tiene muchísimas ventajas, hay que tener en cuenta siempre el
contexto en el que se encontraran los alumnos al salir de esta utopía, que,
aunque quisiésemos que sí, no es la realidad.
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